En tiempos del imperio cartaginés, Ibiza ya se consideraba una isla mística, un lugar de tierra sagrada. Las personas poderosas venían a Ibiza a pasar sus últimos días o ser enterradas, debido a la reputación de la isla como un santuario de espiritualidad.

Para los fenicios la isla estaba bendecida por los dioses puesto que la tierra roja no era de origen volcánico y no existía ningún elemento, humano o animal, perjudicial a los hombres. Todavía ahora muchas personas llevan colgado al cuello un saquito con tierra de Ibiza para protegerles de las malas energías.

Ibiza adquirió fama como centro espiritual por la adoración a la diosa Tanit, diosa del amor, la fertilidad, la vida, la prosperidad, la cosecha, la muerte y la luna. Era una de las más importantes diosas de la mitología cartaginesa. Los hippies que llegaron a Ibiza en los años sesenta y setenta dejaron revivir el culto a dichosa diosa.

Además se creía que si se enterraba una persona en la isla, accedería más rápido al más allá. Por estos motivos, el mayor cementerio del Mediterráneo se situaba en Ibiza.

Los hippies también aportaron su modo de vivir y descubrieron lugares que consideraron sagrados como Es Vedrà. Son los responsables para otra gran explosión del misticismo.

Uno de los rituales hippies que se llevan a cabo en Ibiza desde hace muchos años es el culto al sol. Posiblemente en la isla se puedan ver las mejores puestas de sol del Mediterráneo y hay toda una cultura entorno al sol. Otro de los rituales hippies por excelencia es la fiesta de los tambores de Benirràs, donde además de meditar, uno se puede dejar llevar por el ritmo de los tambores hippies y disfrutar de la puesta de sol.

El físico y astrólogo Nostradamus predijo en el siglo XV que “Ibiza será el último refugio de la tierra”: en caso de una guerra nuclear mundial, las corrientes de aire especiales de Ibiza harían posible que fuese el último sitio donde existiera vida……….